sábado, 30 de julio de 2011

Las fiestas de mi pueblo

Las fiestas de verano son un ineludible pasaje en la cotidianidad y rutina que asola los veranos de este, nuestro país. Hay un estudio que dice que desde primeros del mes de Junio hasta finales del mes de Septiembre puedes recorrerte España de punta a punta recalando todos los días en un pueblo que se encuentra de fiestas y verbenas.
En mi pueblo este maravilloso evento acontece a finales del mes de Julio. Normalmente el 'explotío' final es el último fin de semana y es entonces cuando todo el mundo da lo mejor de si mismo en pro de unas mejores fiestas patronales. Y aquí es donde yo, siempre observador, nunca observado (desearía), entro a analizar varias cosas:

Primera: no hay una sola discobarraca que ponga música decente. Se salva una con un aprobado pelado por aquello de no poner demasiada tralla, pero tienen el mismo disco desde 1999 y el tipo que está en la cabina de DJ, en realidad lo que hace es beberse cubatas tranquilamente mientras ojea porno de su revista favorita (seguramente también de 1999, pues los nostálgicos son así).
Segunda: hay un nivel alopécico galopante y abundante entre la población masculina de mi pueblo que comprende las edades 22-32 años que no es normal. Recordad niños, las drogas te dejan calvo (y un poco gilipollas también).
Tercera: hay demasiado peterpan suelto por el mundo. Ten un poco de respeto por ti mismo y no sigas vistiendo a los 35 como si tuvieras 22 años. Sentirse joven: vale. Salir de marcha: bien. Hacerse la 'u' o 'cenicero' en la cabeza: ¡oh dios, no!
Cuarta: Desde que tengo uso de razón ha ido creciendo en mi una aversión cada vez mayor hacia mi pueblo. Y en sus fiestas la cosa aumenta hasta niveles exagerados. Demasiados espectros del pasado juntos en un mismo lugar. Será que soy un anti-social que no mantiene relación con nadie o casi nadie y le da pavor que algún antiguo compañero de clase se le acerque a saludar. Brrrr, tiemblo solo de pensarlo.
Quinta: Los canis son como la Coca-cola. Hay para todos los gustos. De todos los tamaños. De todos los sexos. Y hasta de todos los colores (esto se observa más en sus vehículos y sus pastillitas motivadoras de alegría y jolgorio). Y en mi pueblo abunda la especie poligonera y la cosa va a más. Porque poligonero un día, poligonero toda la vida. Y claro, se van acumulando y así no hay dios que salga a la calle sin que te tronen la cabeza.
Sexta y última: Esta noche no vuelvo. Necesitaría demasiado alcohol para aguantar con un mínimo de firmeza este espectáculo de vida y humanidad que son las fiestas de mi pueblo.

domingo, 10 de julio de 2011

Xavi Metralla 3: el viaje finaliza

Se acabó. Me han contado que Xavi Metralla ha finiquitado el papeleo correspondiente a su beca 'erasmus'. Eso significa que se vuelve a España. Todo está preparado: el maletero hasta arriba de equipaje, la guantera con suficiente cambio para los peajes y el disco de 'Pont Aeri' con su sesión de hardcore listo para sonar durante horas y horas de carretera ininterrumpidamente. Poco más hemos podido saber de Él en estos últimos meses en tierras italianas. Lo pudimos ver, una noche, a lo lejos, marcando paso y paquete ibérico con una morenaza de metro ochenta. Las malas lenguas, que nunca callan, dicen que esa sartén que lucía tan hispanamente tenía mango. Jamás lo sabremos con seguridad.
Pero si Xavi Metralla se va de Ferrara, significa que esto, de verdad, se acaba. Que ya no hay marcha atrás. Y que solo nos quedará ese viejo anhelo. Ese secreto anhelo de volver con Él a España. En su coche, compartiendo la aventura. Una aventura que he de rechazar porque tengo demasiados vínculos en el mundo como para romperlos a base de estaciones nocturnas de servicio. Una aventura que si algún día me veo desarraigado decidiré emprender, porque es un viaje solo apto para quienes no tengan nadie que les espere en casa.
Su viaje que comenzó allá por Septiembre u Octubre y ya termina. Camino de quien sabe que nuevas fronteras.
Adios, Xavi. Recuerda que si pasas por mi ciudad, una cerveza lleva tu nombre.

Josito no te olvida. Ni a tí ni a nadie.

sábado, 9 de julio de 2011

La gran evasión

El 'erasmus' es la gran evasión de nuestra época. Uniones fugaces o inesperadas, botellones interminables, trenes de madrugada después de una fiesta en no sé qué ciudad. Gente que dejó a su novia o a su novio. Gente a la que su novio, o su novia, le dejó al venir. Son complementos variables que forman esta especie de escapada al país de Nunca Jamás.
Para mí se acaba hoy esta evasión. Ya no más. Ya nunca más podré permitirme pensar demasiado en estos días porque siempre he tenido por lema mirar hacia delante porque me da miedo convertirme en una estatua de sal. No obstante sé que me traicionaré y también sé que la nostalgia volverá periódicamente para recordarme que este ha podido ser el curso más extraño y memorable de mi vida universitaria.
Para el recuerdo queda esa sensación de ir en bicicleta entre adoquines camino de quien sabe qué. Para el recuerdo quedan un montón de caras (caricaturizadas o no) con un montón de nombres, con un montón de ciudades y con un montón de historias. Para el recuerdo queda que la próxima vez que quiera evadirme tendré que buscar otro método, u otra ciudad. Pues a alguien le escuché que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.

viernes, 8 de julio de 2011

Cosas que quedaron en el tintero

Un curso de casi diez meses da para organizar muchas tonterías con tal de no estudiar demasiado. Desgraciadamente no da para organizar todo lo que me hubiera gustado organizar. Por esto mismo os dejo una lista de cosas que se quedaron pendientes en este erasmus:

Concurso Erasmus Leyenda de tortillas en el que premiar la habilidad culinaria en la unión de huevo y patata de los presentes en Ferrara.

Partido de amigas de Lupe contra amigas de Estela. Es decir partido de chicas. Pero en plan competitivo ¿eh?

"Sabe a Mista", el emperador de Poggio Rusco (que me debe dos capítulos de sus memorias) es conocido como Mista entre sus amigos salmantinos. Quería hacerle un documental 24 horas sobre un día cualquiera en su vida. La falta de tiempo y, también, de medios adecuados me lo han impedido.


domingo, 3 de julio de 2011

La canción del verano

Ha llegado el verano. Tiempo de playa, piscina, terrazas y helados. Y además de fiestas, verbenas y ferias de pueblo. Con sus charangas, sus desfiles humorísticos y por supuesto sus barracas, casetas, o como el Demiurgo quiera llamarlas. Hoy, señores, os voy a contar (por si decidís poner vuestra propia discoteca pueblerina eventual) cuales son los cuatro temas que nunca han de faltar en un lugar de esto :

We will rock you: La banda de Freddy Mercury tiene dos legados: We are the Champions, un himno para cantar cuando ganes algo (ya sea la maratón por parejas haciendo la carretilla o el lanzamiento de melón pachequero) y este otro tema, cuyo mérito consiste en conseguir que cientos de bakalas con scooter, Hyundai Coupé tuneado y cenicero en la cabeza, la canten haciendo cuernos y todo.

Cannabis: De Ska-P. He visto a votantes convencidos del PP cantarla a pleno pulmón y soltando patadas al aire. Pero la droja es mala.

It's my life: Bon Jovi firmó un contrato a finales de los 90 para darle un poco de vidilla a estos lugares que agonizaban bajo el ritmo de la Macarena.

Song 2 Amplificadores a toda leche. Lo mismo que la primera canción de la que os he hablado. Pero Damon Albarn no es tan carismático como el añorado Mercury. Que se olvide de los monigotes y se deje un buen mostacho.

PS: Estos no son temas típicos de verano (el título es irónico), sino temas que en principio nada tienen que ver con ese tipo de eventos verbeneros. Pero la publicidad, los estereotipos y la cultura popular los han colocado en esta tesitura. No son los únicos temas, pero para mí si son los más significativos.

viernes, 1 de julio de 2011

Se busca

Piso en una ciudad que ronda los 40º a partir de Mayo, con equipo en 2ª División (recién ascendido de 2ªB) donde terminar una carrera universitaria en la que se estudia cosas tan banales como las molduras de una catedral románica al pie de los Picos de Europa. Cerca del centro pero lo suficientemente lejos como para que los borrachos no vomiten en mi portal. Razón aquí. Gracias.