Poco a poco esto se va definiendo. Un motín imaginario y un líder que no tiene alma de tal. Pero un líder no es un líder si no tiene gente que le siga. Y esto no sería una locura si esta gente que sigue al líder -¿Perdidos?- estuviera cuerda. Ellos creen que si están sanos. Pero ya les digo yo que no. Si no ¿de qué iba a estar soltando yo aquí tonterías por los dedos? Como quiero que se sientan queridos y protagonistas se los iré presentando periódicamente. Son doce y tienen atributos. Me han dicho que es la mejor forma de empezar un movimiento, con doce discípulos personalizados. Empezamos con la que más interacción tengo en el día a día:
Nombre: La chica que va de acá para allá
Otros nombres: Amor, cariño, capullito de alelí.
Edad: Algunos años menos que yo.
Frase antológica: "Yo tengo dos dimensiones: espacio y tiempo"
Breve descripción: Enamorada de las letras. A veces tanto que hay que recordarle que existen los números. Tiene varios vicios y en todos ellos hace acto de presencia el chocolate salvo, quizá, el de hacer fotos compulsivamente -gracias a ella estoy a punto de llegar a las 1000 fotos en facebook-. He llegado a la conclusión de que le cabe un sentimiento cada vez, así que se turnan. O está enfadadísima o contentísima o tristísima o dulcísima -no sé si este existe-. Le encanta viajar y tiene la costumbre de no querer irse nunca de donde está. Extraño ¿verdad? Baila y hace bailar. Le encantan las prendas de estar por casa calentitas y suaves. Pasa más de quince horas al día con la bata puesta.
Atributos: Una cámara de fotos- y la batica