lunes, 30 de mayo de 2011

martes, 24 de mayo de 2011

Que levante la mano...

Quien de pequeño dibujaba letras en el aire.

¿Nadie? A ver si La chica que va de acá para allá va a tener razón y soy un 'friki'...

sábado, 21 de mayo de 2011

Adhesión

Este motín se adhiere a la causa que enarbola las protestas del 15-M que han derivado en distintas acampadas en puntos claves de muchas ciudades españolas, empezando por la Puerta del Sol en Madrid, donde César Noragueda se encuentra en calidad de enviado especial y manifestante. A la izquierda, encima de la lista de aquellos que siguen el Motín de Schifanoia hay una señal en la que se permite la acampada en este sitio: por un mundo mucho más digno.

El pueblo no sirve a los políticos.
Los políticos sirven al pueblo y no al poder financiero como han hecho hasta ahora.

PS: Se rechaza la propuesta de cambiar el nombre del blog a 'Motín de la Revolución del 15 de Mayo'. Que una cosa es una cosa y dos son dos.

He dicho.


jueves, 19 de mayo de 2011

La verdad sobre el caso de la empanada

A La chica que va de acá para allá nunca le había gustado cocinar. Durante sus anteriores años en la Universidad de Murcia solía llevarse tuppers de casa de su madre repletos de guisados diversos con los que alimentarse a lo largo de la semana. Este curso, ante la imposibilidad de poder llevar a cabo tal estrategia alimenticia tuvo que hacer de tripas corazón y aprender a hacer algunas de las recetas de su madre (por lo general La chica que va de acá para allá es la chef jefe y yo el pinche que corta las verduras).
Al final el roce hace el cariño y de tanto cocinar le ha cogido una pequeña afición. Cuando estuvimos en Roma recogió unas cuantas recetas para investigar como dice ella. Una de esas recetas era la de una empanada rellena de tomate, atún y huevo. Dicha empanada precisa de ser cocida al horno. La chica que va de acá para allá fiel a su estilo perfeccionista no quiso dejar nada al azar y bajo la empanada puso papel de horno para que nada se manchara. Pero claro. Además de perfeccionista es exigente. Y ella a sus comidas les exige que no manchen. Y si no está segura pone protección doble. Así que puso una capa doble de papel de horno. Todo muy bien dobladito.
Pasada media hora la empanada estaba casi hecha. Solo faltaba darle la vuelta para que se dorara un poquito más por debajo. Con una mano cogió la paleta para sacar la empanada, con la otra un tenedor para comprobar que estaba hecha, y con la otra...Como no tiene tres manos me llamó a mi:

-Nene, ven y ayúdame que no puedo. Dale tu la vuelta. Con cuidado.

Una mano por aquí otra por allá cogimos como pudimos la empanada (la puerta del horno no son precisamente las puertas del templo de Ishtar así que no disponíamos de mucha amplitud). La chica que va de acá para allá se iba poniendo más nerviosa por momentos:

-Con cuidado. Con cuidado. ¡Con cuidado, leñe!

En esas, ni cuidado ni leche. Cuando le dimos la vuelta a la empanada el papel doble para que no se manchara ni un milimetro de horno de más se desdobló. Atraído por la física más elemental se fue hacia arriba, directo a los quemadores del horno.

Y se prendió.

La chica que va de acá para allá, como buena voluntaria de la Cruz Roja mantuvo la calma ante todo:

-¡Ahhh! ¡Mierda! ¡Mierdaaa!
-Pero...¡No sueltes el papel que se quema el horno!

Yo intentaba soplar para apagar mientras a ella se le notaban ya un poquito los nervios.

-¡MIERDAAAAAAA! ¡LA EMPANADAAAAA! ¡NENEEE, LA EMPANADAAAAAA!
-¡No me chilles que no puedo pensar!

Entonces conseguí apagar el papel y le dije:

-¿Ves? Ya está. No hay que perder la calma nunc...
-¡Se ha vuelto a prender!
-¡MIERDAAAA!

Saqué el papel (con la empanada encima) del horno de un tirón. La empanada dio un mortal sobre el aire y cayó sobre la puerta del horno. El papel, ardiendo, al suelo. Yo cogí la alfombra y comencé a sacudirla sobre el papel del horno. La chica que va de acá para allá repetia su mantra a la vez que daba pequeños saltitos:

-¡LA EMPANADAAAAA! ¡LA EMPANADAAAAA!
-¡Qué le den por saco a la empanada! ¿Y si se llega a quemar la casa?
-Claro...Cómo tú no te has pasado la mañana haciendo la empanada...


Epílogo:
Nos comimos la empanada. La chica que va de acá para allá asegura que estaba riquísima.

martes, 17 de mayo de 2011

Xavi Metralla 2: el regreso

La noche era cálida. O al menos no tan fría como en los últimos meses. Los tifosi ('hinchas') del AC Milan celebraban su decimoctavo título de la Serie A después de años de dominio del Inter.
Poco a poco la gente fue llegando a la plaza y se formaron corrillos de conversaciones. Tres personas aquí. Cuatro allá. El ambiente era distendido cuando apareció Él. La leyenda de casi nueve meses ya de Beca Erasmus, cuando casi todos habíamos asumido que nunca más volvería. Se acercó desde detrás con andares desgarbado, chulescos. Como si fuera el sheriff de una ciudad que le venera y le teme. Elegante a la par que castizo. Es entonces cuando entiendes que esa noche podía estar reservada solo para aquellos capaces de demostrar su planta en un terreno que les es ajeno. No todo el mundo puede desabrocharse el tercer botón de la camisa y presumir de pelo en el pecho en Italia, país de la moda, sin caer en el ridículo. No faltaba en la solapa de la americana, el eterno pin de oro de la Legión Española. Su Legión Española.
Fue como regresar a los años 50 y ver entrar en un tablao a Luis Miguel "Dominguín" en busca de una estrella de hollywood con la que complacer nuestras rutinarias vidas. Los cuchicheos iban y venían: "Es Él". "Ha regresado". Fueron las palabras más escuchadas. Algunos, vírgenes de su estampa, daban gracias al demiurgo por haberles concedido la oportunidad de verle antes de terminar su erasmus. Esa oportunidad no se podía desaprovechar. Había que hacerse una foto con Él. Dejar constancia de que estuvo allí.
Una vez conseguida la foto nos marcamos un segundo objetivo: su coche. Hacerse una foto en su coche es como hacerse una foto en el DeLorean de Regreso al futuro. Pero tal objetivo no se pudo alcanzar. Al campeón se le puede meter un gol, pero no ganar el partido; y hay cosas que son sagradas. Cosas para las que hace falta tener carné especial. En esas estábamos cuando de repente, sin más, desapareció. Se esfumó ¿Realmente había estado allí? Era probable que si. No obstante decidió que por esa noche, ese mes, ese trimestre ya nos había regalado bastante su presencia. Porque los hombres como Él, leyendas vivas son así. No sabes de donde vienen ni cuando vienen. Y jamás sabrás cuando se van ni, por supuesto, a donde se van. Eso alimenta su leyenda. Su aura mística.
Crecen rumores acerca de que en realidad no es un estudiante erasmus, sino un espíritu errante que ayuda en un momento dado a aquellos estudiantes erasmus que necesitan ayuda. Otros rumores, más malintencionados, especulan con la posibilidad de que su residencia habitual sea el manicomio local. De carácter inofensivo de vez en cuando le dan permiso para salir durante el fin de semana para que pueda tomar el aire. Así llevaría años presentándose ante las colonias erasmus contando su particular historia. La que un día, quien sabe, pudo ser cierta.

sábado, 14 de mayo de 2011

12 discípulos: Lo que usía mande

Nombre: Lo que usía mande.
Otro nombre: No se le conocen.
Edad: Un año más que yo.
Frase antológica: "Es que no hay entradas..."
Breve descripción: Hace ya seis años que conocí a Lo que usía mande; bibliotecario vocación y estudios. Fue justo entonces cuando pronunció su frase antológica (no es la única que ha salido por su boca, como con los demás discípulos se podría hacer un libro basado solo en las frases). No tuvo más remedio que soltarla ante la insistencia de una reportera en preguntarnos si ibamos a ir al estreno más esperado desde 'Titánic' (palabra de César Noragueda). Lo que usía mande perdió los nervios ante la alcachofa microfonil. Tres veces le preguntó la periodista si estabamos en ese cine para ver el estreno y tres veces le respondió lo mismo Lo que usía mande. A todo esto el amigo Noragueda,Wilhem 'Triparrota' y yo asistíamos a la conversación como si estuviéramos en un partido de tenis, en el que el número 106 le ganara a Rafa Nadal en primera ronda del Roland Garros: atónitos. Aunque más sorprendido me dejó conocer la cantidad de sobrinos de los que poder presumir. Nada más y nada menos que catorce sobrinos. Es lo que tiene ser el pequeño de una familia de seis hermanos: que te vuelves loco para regalar algo en catorce cumpleaños en apenas doce meses.
Más tarde Lo que usía mande formó parte de la expedición que montamos en Diciembre de 2007 para ir a Oviedo para deslizarnos con carritos de la compra por el maravilloso suelo encerado del auditorio ovetense. Fue en esa maravillosa ciudad donde se acuñó su nombre. Es más común sin embargo que coincidamos a partir de la primavera y especialmente en verano, cuando el calor no le hace justicia y no es bueno ponerse prendas azuladas entre el cuello y la cintura.
Atributos: La biblioteca, terreno inhóspito.

jueves, 12 de mayo de 2011

Nostalgia

-"La vida es como un rosal: está llena de espinas y de vez en cuando encuentras una flor".
(Dijo mi abuelo a mi madre el día que se casó)

Mi abuelo era una persona optimista, como podéis comprobar. Yo más que optimista he sido siempre un vago. Tiendo a pensar que tendré tiempo de hacerlo todo más adelante, que ahora mismo no me apetece. Y así han ido transcurriendo los años. Demasié. Llevo tanto tiempo en la universidad que está a un paso de convertirse en mi etapa académica más larga. Más que el colegio incluso. Vaya barbaridad. Si en el colegio me tiré una eternidad. Cuando entré no sabía ni leer y cuando salí ya había aprendido hasta las tablas de multiplicar. Pero podemos decir que el colegio fue una experiencia positiva. Jugaba al fútbol y las niñas eran bobas. El mundo era fácil. Además comencé mi carrera en el mundo del espectáculo con la representación del musical de Grease en el papel protagonista de Danny Zuko. Todo un éxito de crítica y público. Después en el instituto me mezclaron en un batiburrillo de adolescentes hiperhormonados a ver que salía de allí. Me libré de las novatadas porque pasé desapercibido. Todo gracias a que aprendí las famosas técnicas ninjas de:

-La columna: siempre había algún cegato que se chocaba contra mí.
-La puerta: siempre había algún imbécil que me daba un empujón.
-La ventana super-limpia: las chicas nunca se fijaban en mi.

Maravilloso. Menos mal que me metí en el grupo de teatro y pude exorcizar todas mis vergüenzas. Salir semi-desnudo gritando frases de Eurípides delante de medio instituto es lo que tiene: un efecto de terapia. Que tiempos. Por entonces Zidane marcó un golazo en Glasgow ¿entendéis mi nostalgia ahora?
Después vino la universidad. Pasé de la ensalada al bufé libre. Allí cada uno iba a su puñetera bola. Heavys, pijos, punkis, empollones, abuelos y profesores. Me fui menos de fiesta que un franciscano en cuaresma. Y así me fue. No aprobé ni una. No estaba concentrado. Demasiada tensión y dispersión. De las técnicas amorosas que aprendí en aquellos primeros años se puede destacar la de 'pagafantas' aficionado. Al final tuve que emigrar a Murcia. A empezar de cero. Todo fue mucho mejor. Donde va a parar. Como salía tanto de fiesta aprobaba, algunas con sobresaliente incluso. Como ya no estaba tenso me concentraba. Solo me costó que me rompieran el corazón dos veces en seis meses. Una ganga. Y además el Madrid volvía a ganar ligas y España era campeona de Europa. No me podía quejar, la verdad.
Fue entonces cuando hizo acto de aparición La chica que va de acá para allá. A su rollo. Más despistada que un turista en el barrio chino de Barcelona. Ella ahora lo niega todo, pero no se fijó en mi cuando nos conocimos. Yo en ella sí. Pero para entonces decidí no mover ni un músculo. "Que me busquen a mi". Tardé poco en arrepentirme. En cuanto pude le colé mi número en su teléfono móvil. Y me llamó. Pero fue básicamente porque se equivocó de número. Pero me volvió a llamar. Aunque esa segunda vez fue porque olvidó bloquear el teclado, se pulsó la tecla de llamada sin querer en su bolso y como yo era la última persona a la que había llamado... La tercera vez me llamó a mi. A propósito. Sin casualidades. Sin equivocaciones. Me llamó a mi. Bueno, pero me llamó porque las quince primeras personas a las que había llamado no le habían cogido el teléfono, seguramente porque como estaban dentro de la discoteca no lo habían oído. Aunque a esas alturas del cuento yo ya había asumido aquella frase que me era tan familiar:

"La vida es como un rosal: está llena de espinas y de vez en cuando encuentras una flor".

Feliz cumpleaños, Josef.

martes, 10 de mayo de 2011

Habilidades básicas

A la habitual pregunta que me hacen en España cuando he vuelto en las vacaciones de Navidad o Semana Santa (y seguramente en verano) "¿Y que has aprendido estando de erasmus?", puedo responder henchido de orgullo:

-"¡He aprendido a hacer tortillacas!"

jueves, 5 de mayo de 2011

Así se hizo: La Orla Erasmus

Todo empezó cuando un día después de volver a España para pasar las vacaciones de Semana Santa me aburría más que una ostra. Sin la graciosa coexistencia que me aportaba La chica que va de acá para allá me puse a dibujar para pasar el rato. Al poco tiempo me había salido la caricatura de uno de los más carismáticos becados Erasmus de Ferrara. La chispa surgió "¿por qué no? Total, no tengo otra cosa que hacer". Así que me puse a dibujar gente de la Erasmus. Uno me salía bien, dos me salían regular y el cuarto se parecía a mi primo. La cosa iba a estar complicada. Sin embargo, para mi sorpresa iba a un buen ritmo. 6 ó 7 caricaturas al día. A este paso habría acabado en 5 días. ¡Ja, mis coj****!
Pasaba casi más tiempo contando a quien tenía hecho, quien me faltaba y quien no se había apuntado todavía que otra cosa:

-"Este está ya hecho. ¡Mierda! ¿Dónde está fulano? Juraría que lo había dejado por aquí. ¡Mamá! ¿Me has cogido los folios que tenía encima de la cama?"

El escepticismo del principio fue dejando paso a la idea de que podía acabar el proyecto. Pero las presiones en la red social cada vez en eran mayores. Hubo quien pidió ser caricaturizado a caballo con la planta de Espartero. Tuve que aclarar que no me daba la mano para estatuas ecuestres. La chica que iba de acá para allá me animaba constantemente:

-"Se te ocurren unas tonterías... ¿A que no has estudiado nada?"

Pero en el fondo estaba más impaciente que nadie: -"Te faltan muchas? ¿Me has hecho la mía?"

La idea era volver de España con todas las caricaturas escaneadas. Fue imposible. Entre comilonas familiares y levantarme a las mil tuve que terminar el trabajo a mi estilo, tan español, tan mediterráneo: a última hora. El esfuerzo sin embargo mereció la pena. Porque antes de lo esperado (hoy jueves, 5 de mayo de 2011) el trabajo estaba terminado:

lunes, 2 de mayo de 2011

Cuestión de narices

Hoy lunes, dos de mayo de 2011, se cumplen exactamente doscientos tres años de la famosa carga de los mamelucos. Inmortalizada en 1814 por Goya. Los mamelucos eran mercenarios egipcios que, a las órdenes del ejército francés, reprimieron las revueltas acaecidas en Madrid un día como hoy. Los franceses podrán ser muchas cosas, pero tienen una que a mi me hace mucha gracia: sus enormes narizotas (hay quien dice que lo malo de los franceses no son sus enormes narices, sino la manía que tienen de meterlas en todas partes). Pues cuando estuve en París pude confirmar esta teoría de que tienen, por lo general, una gran nariz. Mis acompañantes me dijeron que exageraba. Pero aquí he encontrado un documento que refuerza mi teoría. Expresado por dos famosos franceses precisamente: Albert Uderzo y René Goscinny, en Astèrix en Hispania. Casualmente es un español quien les hace ver su famoso rasgo facial.