El jueves 13 de Octubre de 2011. El jueves pasado, vamos. El mismo día que mi padre cumplía 60 años para más señas. Ese, en principio, maravilloso día: soleado y lleno de actividades deportivas que me encantan (fútbol y más fútbol) se convirtió sin comerlo ni beberlo en el día de los peores espaguetis de la historia .
El día comenzó cuando acudí al banco a recoger el duplicado de la tarjeta de débito de mi entidad bancaria, la cual había extraviado otro maravilloso 24 de Septiembre. La empleada de banca, tan amable ella, había olvidado mandar la solicitud de duplicado. No pasa nada. Un error lo tiene cualquiera. Pero claro, podría enfadarme por las siete veces que alguna parte de mi cuerpo chocó contra una esquina, un marco o una pared. Pero bueno, ¿quién no ha llevado un día tonto? No voy a hablar de mis maravillosas actuaciones en los dos partidos de fútbol sala que jugué, no. Ni siquiera de las tres cervezas que acabaron sobre mi ( y no dentro de mi) en la fiesta hispánica que se celebró por la noche. Os voy a hablar de lo que más me jodió el día: los espaguetis.
-Eché pocos.
-Se me cayeron.
-Gasté todos los espaguetis.
-Se me quedó dura la nata.
-Se me quemó el bacon.
-Se me quedaron duros los espaguetis.
-No había pan.
Y para colmo, al día siguiente fui al médico y me recomendó que no comiera chocolate.
Lamentable. Realmente lamentable.
2 comentarios:
voy a llorar.
En cuanto al chocolate...sólo te diré que...jajajajaajajajajajajajajajajajajaajajajajajajaajajajajajajajajajajajajjajajajajajajjajajajajajajajajajjajajajajajjajajajajajajajjajajajajajajajajajaj
Mirmana
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