viernes, 6 de enero de 2012

Gente rara por la ciudad: los Romanov

Cuando arribé a la capital de la huerta del Segura hace ya más de un lustro hubo algo que me llamó la atención. Esta ciudad además de contar con su flota de mendigos, sin techos y demás estratos marginales de la sociedad (gente que merece el mayor de los respetos por mi parte) tenía una serie de músicos ambulantes encargados de poner banda sonora a las calles.
Uno llega a la plaza desde la catedral de la Glorieta de España y puede oir 'Volver', el inmortal tango de Carlos Gardel. Dar la vuelta a la catedral. Llegar a la plaza de la cruz y cambiar de sonido con 'La vie en rose' que cantaba Edith Piaf. Seguimos por trapería. Y mientras traspasamos el arco de la plaza Romea volvemos a ponernos melancólicos con otro tango. Ese tan famoso que nunca he sabido como se llama y con el que el Teniente Coronel Frank Slade nos daba una lección sobre la vida. Y así caminamos. Paseando por Gran Vía entre escaparates que lucen lejanos en tiempos de crisis. Y llegamos al nuevo paseo del viejo 'El Corte Inglés' y se rompe la magia con 'Los pajaritos' de María Jesús, al son de un acordeón que ha vivido más que cien ancianos juntos.
Todos estos instrumentistas encargados de la música en la fiesta diaria son de la misma familia. Y se apellidan Romanov. Y tienen un disco, o dos, o varios. Y pienso que son rumanos, o bulgaros. Aunque en realidad no lo sé. Y el patriarca tiene un bigote enorme y espeso. Y seguramente nunca hable con ellos. Y la verdad es que no son demasiado raros. Pero hoy termina la Navidad. Que para mi no es más que una fecha en la que como gambas con gente con la que crecí. Y eso me pone nostálgico. La música me pone nostálgico.

Feliz cuesta de Enero. Felices exámenes.


PD: el tango que baila Al Pacino en la película se llama 'Por una cabeza' también de Carlos Gardel.

No hay comentarios: